La torre invisible: El refugio de la mente

Un joven discípulo se acercó al Maestro mientras intentaba escribir un libro, distraído por cada ruido, cada notificación, cada pensamiento que no era suyo.

—Maestro, no logro avanzar. El mundo me interrumpe.

El Maestro lo condujo en silencio a una montaña. Allí, en medio del bosque, había una torre de piedra, sin ventanas, con una sola puerta de madera.

—Aquí vivió un sabio —dijo el Maestro—. Él mismo construyó esta torre con sus manos. No para alejarse del mundo, sino para encontrarse con su mundo interior. Venía aquí a pensar sin ruido, a crear sin distracción, a escuchar la voz que solo se oye en el silencio.

El discípulo entró y se sentó. Durante horas, nada ocurrió… y sin embargo, todo cambió.

Cuando salió, le dijo al Maestro:

—En esta torre, el tiempo no me persiguió. Fui yo quien lo habitó.
El Maestro asintió.

—Quien no construye su torre, vivirá en la de otros. Quien no cultiva el silencio, solo oirá ecos.

Tres koans para despertar la mente:

¿Dónde construyes tu torre cuando el mundo no te da espacio?

¿Qué ideas esperan nacer cuando cierras todas las puertas?

¿Y si el ruido más fuerte no viene de afuera, sino de ti?

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